Con hermosa melodía hoy salí a mi jardín como cada noche a verte como todos los días a contemplarte, Entre las otras, Pero hoy no he venido a contarte mis penas, Recuerdas aquella primera noche, en que mi corazón sollozaba de tormento y ¿con mis pensamientos dolorosos te veía?, ¿eran enormes mis lamentos? Quizás siempre lo recuerdes igual que yo, porque, tú eras quien me cobijaba en mis tristezas, la que me alumbraba, siempre, siempre, en mis más oscuras noches, Lloré aquí en el mismo lugar, cuando Dios se alejó por mis desvíos, sin despedirse de mi ese día, no sabía a dónde dirigirme, sólo fui a la salida de mi casa, vi un brillo fugaz, vislumbrarse en el cielo y ahí estabas tú, estrella mía, con esa luz que te hace resaltar, entre todas ellas, Entonces me quedé, admirándote, En el mismo lugar llegué a observarte, sentí en mi alma, como me animabas a contarte todos mis pesares, Desde ese día, siempre como todas la noches, vengo a contarte mis congojas y mis penas, hasta la más mínima cosa, Porque sé que siempre estás ahí, en el cielo para escucharme, Haciéndome sentir que hay un nuevo horizonte, Pero hoy estrella mía, no he venido con la tristeza de antes,
NO, ESTRELLA MÍA hoy he venido a darte las gracias por tu luz que iluminas mi camino, por tu amor que me hizo ver la vida de otra manera, con lo mismo que tenía, pero con diferentes perspectiva, con más entusiasmo, dejando ir mis penas, como cual hoja al viento, Hoy, de nuevo vuelvo a sentir ese amor de los lejanos tiempos, como cuando salí por primera vez de Tu lado, he vuelto a vivir mi vida sin más sufrimientos, porque estrella mía, desde hoy puedo decirte, que amo con amor incondicional, con sentimiento de desapego, se que un nuevo amor a mi vida llego, Oh estrella mía! Un amor que no lastima, un amor que me ama sin condiciones, Que está ahí en todo momento, que me escucha, sin nada a cambio como si yo fuera lo más importante del universo, Gracias estrella mía, gracias! Amado Padre Mío, porque tú como mi estrella, me diste siempre tu brillo, tu paz y alegría, cuando yo no te veía, cuando mi alma no veía mi luz que llevo dentro, la que tú me dabas en mis tristezas, en mis noches sobrias , cuando sólo era oscuridad en mis pisadas cargas, Hoy lloro de felicidad Amado Padre Mío, dándote mis más sinceras gracias, porque iluminaste mi camino cuando más lo necesitaba, diciéndote que hoy vendré una vez más PARA DECIRTE QUE TE AMO BIEN MIO, pero no sólo yo, sino también con el regalo que Dios-Padre me dio, Hoy vengo a contarte que el amor no es ciego, a mi vida al fin llegó el amor, inspirado por el Creador, de la red
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